sábado, 27 de febrero de 2010

ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA



Historia de un término de moda
Arq. Claudio Flores



Es bien sabido que el diseño y la Construcción bioclimática, en tanto disciplina que basa sus objetivos en la optimización de los recursos renovables de energía, no es nada nuevo ni original, (salvo por técnicas y tecnologías más recientes). De hecho antes del desarrollo industrial el sol y el clima tenían un papel fundamental en la construcción y los materiales eran transportados desde los alrededores.
El término bioclimático lo utiliza por primera vez, a comienzos del siglo XX, el botánico y climatólogo alemán Köpper, el cual desarrollo un sistema de clasificación del macroclima terrestre, basado en la adaptación climática de la vegetación en las distintas zonas del planeta.
La aplicación del término arquitectura bioclimática o proyecto bioclimático, se debe a los hermanos Olgyay, arquitectos norteamericanos, a inicios de los años sesenta.
Desde el punto de vista de la metodología del proyecto, el enfoque bioclimático porvee una serie de criterios específicos proyectuales: se requiere un análisis profundo para caracterizar los fenómenos climáticos a escala local, con el fin de determinar la potencialidad del lugar, para el control bioclimático pasivo de los edificios y la utilización de las fuentes energéticas renovables, (la radiación solar, viento, agua).
La localización, la tipología, la morfología y la orientación en función del confort buscado, dan protección de los factores climáticos principales: del sol, (radiación y dinámica de las sombras), viento, (barrera, ventilación, refrescamiento), fuentes de calor, (tierra, cielo, agua). Los espacios internos deben ser distribuidos según una zonificación térmica en relación a los flujos energéticos en movimiento, (corrientes de aire interno, renovación de volúmenes de aire, control térmico, etc.). también la vegetación y eventuales fuentes de agua pueden ser integrados en el proyecto para el control del microclima. Y lo más importante debe haber una interacción entre tecnología bioclimáticas de envolventes y sistemas de instalación tradicionales alimentados de energía no renovable.

Para cerrar estos conceptos no viene nada mal unos párrafos que inviten a la reflexión; dijo Luis Fernández-Galiano*:“No hay ecología sin economía. Más allá del parentesco etimológico, que sitúa a ambas ciencias en una casa común, y que remite sus logos y sus nomos al compartido oikos de nuestra residencia en la tierra, la ciencia verde es inconcebible sin la ciencia triste…”

*Luis Fernández-Galiano es arquitecto, presidente fundador de la revista arquitectura viva, integrante de numerosísimos jurados y catedrático en la escuela de arquitectura de la universidad politécnica de Madrid.

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